Alma Mater Studiorum

Dall' Italia alla Luna

domingo, 18 de julio de 2010

Primer Contacto con la Ciudad Roja

Cinco días en Bologna, 35 grados de temperatura, pórticos que te resguardan del sol (y de aire…) y 2 litros de agua diarios de la única fuente que hay en la ciudad, la de la plaza de Neptuno o Poseidon, cuestión de gustos.

Y allí vas, gafas de sol, cámara en mano y un mapa de la ciudad. Hasta aquí pareces un turista más, pero los demás no saben que llevas en la carpeta naranja un contrato de estudios con la Universidad de Bologna, la más antigua de Occidente, que es el salvoconducto para pasar 9 meses, un embarazo en esa ciudad y que el objetivo de tu viaje es encontrar un piso.

Cuando te dicen que te vas de Erasmus sientes una sensación extraña. No sabes si llorar del miedo o ponerte a correr de la emoción. Luego se crea una simbiosis entre ambos sentimientos y acabas corriendo del miedo y llorando de la emoción. Pero siempre con ilusión y curiosidad. El piso, el contrato de estudios… Sin darte cuenta y poco a poco vas haciéndolo todo y compras un billete a Bologna para Julio.

Y de repente te ves el dia 8, que tan lejos quedaba, en el aeropuerto dispuesta a buscar un piso, cosa que nunca habías hecho, y en un país extranjero. Llegas a Bologna y, como no, te comes una pizza. Que se pare el mundo que lo demás ya vendrá.

Y al día siguiente ves el primer piso, y el segundo, ambos del mismo dueño. Al final te ries. Es viernes y el primer contacto ha sido fallido. Como se puede tener la cara de intentar alquilar tal zulo? Bueno, aún quedan más pisos y tres días enteros por delante. A la tercera va la vencida.

Tras dos horas, una esperando al autobús –el transporte público de Bologna es excepcional- y otra para llegar, ves el tercer piso. Resultado: 2 horas para ir, 40 minutos andando para volver, llagas en los pies y una pequeña insolación. Desolación. Esperemos a mañana.

El sábado desayunando escuchas a los Scissor Sisters y piensas que hoy es tu día de suerte. Vas al centro a ver el 4º piso del 3º propietario. Aún hay esperanza. Si no es el tercer piso, es el tercer propietario. Pero eso sí, a la tercera va la vencida. En efecto el piso no estaba nada mal, pero eso sí, para vivir sola. Así que desanimados y frustrados volvemos al hotel y dormimos. ¿Rechazamos al Erasmus? Nos quedamos en València y mucho más fácil todo.

El domingo nos dedicamos a hacer turismo. Hoy juega España. Si España gana, nosotros ganamos y encontramos piso. No nos podemos rendir. Hay que ser valientes. No hace falta decir que España ganó el mundial, y que nosotros decidimos luchar hasta el final y no irnos de Bologna sin piso.

Tras una noche de euforia y un poco surrealista, nos despertamos el lunes, el último día en Bologna. “Tiene que ser hoy”, nos repetíamos. No puede dejar de ser así. Volvemos al centro para ver otro piso, puerta con puerta con el anterior. El 5º piso del 3º propietario. Yo siempre he creído que el tres era un número mágico y lo fue. Así que a 12 horas de regresar a València y despues de que la Roja ganara el mundial por primera vez en la historia, Carlos y Andrea encontraron piso en la Ciudad Roja.

"Y por si acaso se acaba el mundo, el tiempo entero hay que aprovechar…"


¡Si es que la vida puede ser maravillosa!